
El líder espiritual tibetano, el Dalai Lama, que cumple 90 años el domingo, ha confirmado que tendrá un sucesor después de su muerte.
El también Nobel de la Paz hizo su esperado anuncio ante cientos de monjes de todo el mundo, en Dharamshala, en el norte de la India, donde vive exiliado del dominio chino sobre el Tíbet.
En su intervención, reafirmó que sólo la Fundación Gaden Phodrang, fundada por él, tiene autoridad para reconocer su futura reencarnación.
En el pasado, el líder espiritual del budismo tibetano había dudado entre continuar o no con el cargo de Dalai Lama. Hace algunos años, incluso dijo que su sucesor podría ser una mujer, o que tal vez no habría sucesor en absoluto.
Sin embargo, en años recientes también declaró que, si había un amplio apoyo entre los tibetanos en el exilio para que el cargo continuara, entonces seguiría existiendo y su oficina elegiría a un sucesor.
La declaración del décimocuarto Dalai Lama se produce en medio de la preocupación por la posibilidad de que China intente imponer su propio candidato.
En respuesta, Pekín dijo que la reencarnación del Dalai Lama debe encontrarse dentro de China con la aprobación del gobierno central.
Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino afirmó que la reencarnación del Dalai Lama debe cumplir con las leyes y regulaciones chinas, así como con los “rituales religiosos y convenciones históricas”, y tendría que ser aprobada por Pekín.
La China comunista se anexionó el Tíbet en 1951 y considera al Dalai Lama un separatista.
¿Quién es el Dalai Lama?
Se cree que el Dalai Lama es una manifestación del santo patrón del Tíbet, conocido como Avalokiteshvara o Chenrezig.
Al igual que los hindúes y los jainistas, los budistas creen que todos renacerán después de la muerte. En la tradición tibetana, las personas con un nivel espiritual más elevado pueden decidir cuándo y dónde renacerán.
El actual Dalai Lama nació el 6 de julio de 1935 en una familia pobre de campesinos en el noreste del Tíbet. A los dos años fue reconocido como la reencarnación del décimotercer Dalai Lama.
“Los tibetanos creen que la misma alma del Dalai Lama renace una y otra vez”, indicó Thupten Jinpa, un exmonje que ha alcanzado la más alta calificación teológica en el budismo tibetano y es el traductor oficial del Dalai Lama desde 1985.
Él ha señalado que aunque todos los Dalai Lamas son la continuidad de una sola persona según las creencias tradicionales, el actual Dalai Lama no parece tomarse esto de manera literal.
“He escuchado a su santidad decir en algunas ocasiones que no cree necesariamente que los 14 sean la misma persona”, dijo Jinpa a la BBC. “Pero todos dentro de esa línea tendrán una conexión especial con el linaje de los Dalai Lamas”.
El budismo tiene más de 2.500 años de antigüedad, pero la institución del Dalai Lama es más reciente.
“Si bien el primer Dalai Lama fue reconocido (retrospectivamente) en una persona llamada Gedun Drup, nacido en 1391, la idea de un maestro budista reencarnado que heredaba los bienes y estudiantes de su predecesor es anterior a eso”, explicó el profesor Martin A. Mills, director del Centro Escocés de Investigación del Himalaya en la Universidad de Aberdeen.
“Se remonta al menos 300 años antes”, añadió.
Una vez que se determina la ubicación del niño, se le presentan muchos objetos. Si el niño logra identificar correctamente las pertenencias del Dalai Lama anterior, los monjes lo consideran una buena señal de reencarnación.
Cuando los monjes principales están convencidos, el niño es seleccionado y sometido a años de entrenamiento religioso y estudios teológicos.
Solo dos Dalai Lamas han nacido fuera del Tíbet: uno en Mongolia y otro en el noreste de la India.
Control chino
En 1950, China envió miles de tropas para imponer su reclamo sobre el Tíbet. En 1959, tras un fallido levantamiento contra los chinos, el Dalai Lama huyó y estableció un gobierno en el exilio en la India.
Aunque renunció como jefe del gobierno tibetano en el exilio, sigue siendo considerado una figura clave de resistencia al dominio de Pekín.
El Dalai Lama ha dicho anteriormente que se reencarnará fuera del Tíbet, lo que se interpreta como una respuesta práctica a la situación dentro del territorio controlado por China.
China desestima al Dalai Lama como un exiliado político que participa en “actividades separatistas antichinas bajo el pretexto de la religión”.
En 2007, Pekín introdujo una orden llamada “Medidas sobre la Gestión de la Reencarnación de Budas Vivientes en el Budismo Tibetano”, que parecía tener como objetivo controlar la selección del próximo Dalai Lama.
Organizaciones defensoras de derechos humanos han expresado desde hace tiempo su preocupación por la supuesta interferencia china en los asuntos del Tíbet.
“Las autoridades chinas deben poner fin de inmediato a la interferencia política en las prácticas religiosas tibetanas y dejar de utilizar la sucesión religiosa como una herramienta de control y coerción”, dijo en un comunicado Sarah Brooks, directora de Amnistía Internacional para China.