Por: Algenys Paulino

Es una pena que la República Dominicana, siendo un país productor de tantas cosas y recursos naturales, seamos tan mal administrados por nuestros gobernantes mismos, los cuales cada cuatro años siempre colocan a las mismas personas en los puestos y ministerios gubernamentales de nuestra nación.

Es una pena que la República Dominicana, con tantos recursos acuífero, presas, ríos, arroyos, cañadas, mares, la electricidad o la energía eléctrica sea tan pobre que tenemos que disponer de préstamos para sustentarla, donde los caminos, calles, aceras y demás estén deteriorados, donde nuestro síndico alcaldes, regidores, y demás pasan por lugares que ellos ven que hay fallas y se hacen lo de la vista gorda. Esos mismos que reciben una gran cantidad de dinero mensual por el Estado para obras de construcción e infraestructura.

Es una pena y lamentable saber que nuestro país cada vez está más decadente, más arruinado y con más préstamos, o sea más deudas, hundiendo más el país en la miseria y enriqueciendo más a los ricos, un gobierno creado y diseñado solamente para los empresarios de nuestro país. El pobre más pobre, el rico más rico, el sistema de salud deplorable la seguridad nacional un caos, la Policía Nacional, haciendo lo que le da la gana, los agentes de tránsito en vez de ponerle el orden ponen el desorden.

Es una lástima que nuestro país se esté hundiendo cada día más frente a nuestros ojos. Tenemos el combustible más caro de América Latina, la energía eléctrica más cara de América Latina. Los médicos no reciben el pago que merecen, los maestros tampoco, pero sobre todo nuestra juventud que es el futuro de nuestro país está envuelta en lo que son los vicios, las drogas y los malos hábitos; ya no hay respeto por el humano, no hay respeto por los mayores, no hay amor propio, la depresión ha invadido nuestro país. La salud mental está decadente en nuestro país y la culpa no es sólo del gobierno, sino de nosotros mismos, que no ponemos empeño en salir adelante.

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