El papa León XIV, primer pontífice americano, iniciará este domingo sus vacaciones de verano en el palacio papal de Castel Gandolfo, tras completar sus dos primeros meses al frente de la Iglesia católica con un estilo que ha priorizado la unidad institucional, la recuperación de símbolos tradicionales y una presencia discreta pero firme, en contraste con el perfil más carismático y disruptivo de su antecesor, el papa Francisco.

Elegido el pasado 8 de mayo, León ha sido descrito por fuentes vaticanas como un líder “prudente, metódico y reflexivo”, que escucha antes de actuar y se esfuerza por reconstruir los lazos internos dentro de la Curia Romana, tras las tensiones provocadas por algunas de las reformas del papa argentino.

En sus primeras semanas, León XIV ha retomado símbolos litúrgicos tradicionales como la mozzetta roja y la estola, distanciándose del estilo austero de Francisco, quien evitó esos emblemas y renunció al Palacio Apostólico en favor de un modesto apartamento en Santa Marta. León, sin embargo, planea mudarse al palacio vaticano en otoño, una vez concluidas las reformas necesarias.

En Castel Gandolfo –residencia veraniega abandonada por Francisco– León descansará del 6 al 20 de julio, como parte de una rutina que busca reequilibrar el rol del papado en la vida eclesial sin abandonar la sensibilidad pastoral.

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