
Un apagón de 27 horas en el municipio de Perico, en la provincia cubana de Matanzas, generó indignación entre los habitantes y quedó reflejado en la intervención con pintura negra de un cartel con la imagen del dictador Miguel Díaz-Canel.
Iván Hernández Carrillo, ex preso político y secretario general de la Asociación Sindical Independiente de Cuba, explicó el impacto de la situación. “Los vecinos están muy disgustados porque tantas horas sin electricidad trae consigo que no hay agua potable. Los pozos no pueden bombear a la población. Y, además, los pocos alimentos que tienen se les echan a perder, incluyendo la leche de los niños”.
Sobre el cartel intervenido, detalló: “Concretamente, no fue una protesta. Los vecinos de esa localidad, de toda la provincia de Matanzas y -me atrevo a asegurarte- del país durante los últimos cuatro días, hemos visto agudizar el tema del corte del servicio eléctrico con más de 20 horas continuas y diarias. Ese día (miércoles), en Perico, fueron 27 horas sin corriente y, en el barrio Las Canteras de ese municipio, llevan hoy ocho días sin electricidad por una avería en un transformador que le brinda servicio”.
Hernández Carrillo agregó: “Para demostrar el descontento existente, alguien del que se desconoce la identidad, se dio a la tarea de cometer la acción que puede costarle la libertad si es identificado”. Explicó además que “la valla fue retirada el miércoles, y la policía política tomó fotografías y muestras de la pintura para abrir un expediente policial con vista a una investigación”.
La crisis energética en Cuba se profundiza por las constantes averías en las centrales térmicas y por la falta de combustible y divisas para importarlo, según fuentes oficiales. Los cortes superan las 20 horas diarias en provincias como Santiago de Cuba y Holguín, mientras que en La Habana alcanzan hasta 10 horas por jornada. El panorama es más severo en municipios pequeños.
Actualmente, seis de las 20 unidades de producción termoeléctrica permanecen fuera de servicio por mantenimiento o fallas, mientras que 36 centrales de generación distribuida están inactivas por falta de combustible, como diésel y fueloil. La obsolescencia de las plantas, el desgaste tras décadas de uso y la ausencia de inversión agravan la crisis.
Expertos señalan que el sector, bajo control estatal desde 1959, sufre de financiamiento insuficiente. Estimaciones independientes calculan que el país necesitaría entre 8.000 y 10.000 millones de dólares para recuperar el sistema eléctrico, recursos de los que actualmente no dispone.
Los apagones profundizan la ya frágil situación económica de la isla. Según cifras oficiales, el producto interno bruto de Cuba cayó 1,1% en 2024, acumulando un retroceso de 11% en los últimos cinco años.