Bávaro, Punta Cana.- Una vez más, el corazón verde de Punta Cana ha sido puesto en jaque. La Laguna Bávaro, una zona protegida y de incalculable valor ecológico en el este del país, fue víctima de un incendio forestal que durante tres días consumió vastas áreas de vegetación nativa. El siniestro, que inició la mañana del martes 21 de julio, fue finalmente sofocado por el Cuerpo de Bomberos de Verón-Punta Cana este jueves, tras una ardua y peligrosa labor en terreno de difícil acceso.

Lo que más alarma es el origen del fuego: una quema provocada en un área verde, una práctica ilegal que lamentablemente sigue ocurriendo con impunidad en zonas donde debería prevalecer la más estricta protección ambiental. La falta de vigilancia, la negligencia institucional y el irrespeto por las leyes ambientales continúan permitiendo estos actos de destrucción.

Aunque no se reportaron pérdidas humanas ni daños a viviendas, el daño ambiental es innegable. La Laguna Bávaro es uno de los pocos humedales costeros que quedan relativamente intactos en la región, hogar de aves migratorias, reptiles, anfibios y especies vegetales endémicas. Cada incendio significa la desaparición de hábitats críticos y la pérdida de biodiversidad que no se recupera fácilmente.

El Teniente Coronel Sócrates Martínez, a cargo de las operaciones, confirmó que la zona afectada representa un reto técnico por su acceso limitado, lo que complicó la respuesta inmediata. Esta situación pone de relieve la necesidad urgente de mayor inversión en vigilancia ambiental, mejores rutas de acceso para emergencias y un régimen sancionador más estricto contra los responsables de estas quemas ilegales.

La comunidad científica y ambientalista ha alzado la voz en múltiples ocasiones: los humedales como la Laguna Bávaro son barreras naturales contra el cambio climático, controlan inundaciones, purifican el agua y regulan el microclima local. Su destrucción tiene consecuencias directas sobre el bienestar de las poblaciones cercanas, incluyendo la industria turística que depende de la belleza natural de Punta Cana.

Es momento de dejar de mirar hacia otro lado. Las autoridades medioambientales deben actuar con firmeza para investigar este nuevo ataque al patrimonio natural del país y garantizar que los responsables enfrenten las consecuencias legales. No se puede proteger lo que no se vigila, ni se puede conservar lo que se permite destruir.

La Laguna Bávaro no solo necesita ser preservada: necesita ser defendida.

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